En Macusani, a 4,450
metros sobre el nivel del mar, surgió una leyenda a cerca del Gran Rey
Allincapac que hoy en día lleva el nombre un gran nevado que se ha convertido el
Apu tutelar del distrito de Macusani y provincia de Carabya, queremos hoy compartir con ustedes este hermoso
leyenda.
En un oculto llano, en lo más alto de la tierra, gobernaba a un
pueblo laborioso y soberbio, el joven y poderoso Rey Allincápac. Aseguran era
un blanco. Por su sabiduría, tenacidad y con el apoyo de su bella esposa
Macusa, había llevado a su pueblo a la grandeza y prosperidad. Un extenso y
productivo territorio estaba a su merced; tenía a la exuberante selva rica en
flora y fauna; la región alta que dominaba todo el reino y donde estaba además
la residencia del rey, le brindaba los camélidos de la fibra más fina y una
fértil tierra; ambas regiones eran depositarias de los metales más preciados:
el oro entre ellos, en abundancia.
El esplendor afloraba en el reino; en el pasado quedaban las
penurias de sus padres y su pueblo quienes habían sobrevivido a una hecatombe
que desapareció su patria en el fondo del mar producido por los celos y la
venganza de los dioses a quienes les estaba prohibido acercarse a las bellas
mujeres de los hombres, para evitar la degeneración, el odio y la ambición desmesuradas
que ello traería consigo.
Allincápac nació en la patria nueva, la que cobijó a sus
padres; aquí habían nacido su esposa y sus hijos; ésta era su nueva nación y
aquí vería por última vez la luz del sol.
Sin embargo, los celos y la venganza de los dioses no habían
terminado con el cataclismo; Ánkor, el joven príncipe había sido muerto junto a
su amada, fulminado por un rayo de fuego cuando disfrutaba de las fuentes
termales de la eterna juventud. Lo sucedido conmocionó al pueblo. Acongojado,
lleno de angustia, Allincápac se dirigió sollozante a Pachacámac, el dios
supremo.
Allin Capac el imponente, el atractivo coordillera del Perú
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